sábado, 4 de agosto de 2007

Enfrentar la nostalgia

Todo disc-jockey de los 80, hoy en día ejecutivo, empleado, vago/maleante o profesor universitario, de repente recibe el llamado de la cultura de esa época que fue tan importante para la música y la sociedad contemporánea. Esto se motoriza cuando aquel joven miniquetero (de entonces 16 ó 17 años) llega irremediablemente a los 40 años de edad.

Entonces comienza a hablar como aquellos tíos que tanto nos burlábamos en los 80, que insistentemente hablaban de sus grupos preferidos de rock y de sus otros héroes en otros géneros musicales en boga para la época. Así se pone uno. De manera también irremediable comienza a contarle a los amiguitos de sus hijos, mientras bailan un reguetón, que no hay nada como Devo, B-52's, Billy Idol, Aditus, Témpano, Berlín, etc, etc, etc. Y comienza a buscar en su habitación fotos que nadie entiende y cassettes que no tiene donde escuchar. Claro, diciendo: "Esta música sí era arrecha. Aquí hay una mezclas depinga. Lástima que no tenemos dónde escucharla. Y lo mezclé yo mismo en mis platos". Y los chamos se preguntan qué coño le pasa a uno y qué coño hacían con "los platos".

Bueno, justo es ese momento, en esa nueva etapa, empieza la búsqueda sistématica de su pasado nostálgico. Se alegra de que las NTIC (Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación) facilitan las cosas.

Lo primero; comienza a buscar panas para digitalizar sus cassettes y poderlos escuchar. Luego, como segundo paso, comienza a escanear todas sus fotos de los 80 para mandárselas por email a sus mejores amigos (claro, de entonces, lo cual plantea otro reto: conseguir sus direcciones electrónicas). "Mira, ¿te acuerdas cuando tenía pelo? Coño qué cagada, me decían cotufa porque lo tenía enrrolladito", encabezan esos emails. Algunos son más arriesgados (o ingenuos) y comienzan a mostrar las fotos a sus actuales compañeros de trabajo, nuevas parejas, hijos , sobrinos y hasta alumnos. Sin saberlo, comienza en torno a él una burla sana, ingenua, blanca, y además cree que se la está comiendo.

Seguidamente comienza a digitalizar no sólo los cassettes sino también todos sus discos de acetato y sus compactos con la finalidad de tenerlos en su iPod.

Otro paso importante es adquirir un programa para bajar música de Internet, pues son muchos grupos los que no se consiguen. Se desvelan y amanecen bajando The Human League, Berlin, The Romantics, A Flock of Segulls, Devo, The Go go's, Psychedelic Furs y otras vainas que no se asoman en las tiendas de discos de su ciudad.

Aquí es cuando se topa con el problema más importante: enfrentar la nostalgia. Al bajar toda la música que pudo y poner su iPod a reventar, inicia una oscura y secreta búsqueda en la Red: aquella música que ponía la hermana mayor de uno o la del pana, ésa que estaba buenota y uno fantaseaba como sería cogérsela. La bajada de música pasa increíblemente de una etapa de Iron Maiden, AC/DC, Stix, Duran Duran, Katrina and The Waves y General Public a una extraña fase de José José, El Puma, José Luis Perales, Camilo Sesto, Raphael, Enmanuel, Mari Trini, Amanda Miguel, etc, etc, etc. Y comienza a escuchar esas rolas y a recordar todos sus frustaciones de 17 años, todas sus noches de ron con cocacola al fondo de la fiesta y la sensación de acábose.

Por supuesto, esa música no la comenta con nadie y la escucha solitario en el carro con los vidrios arriba, seguro de que nadie está viendo hacia dónde dirige la mirada...

Uno empieza buscando esto:


Y termina enredado en esto:

4 comentarios:

unocontodo dijo...

Excelente la nota de tu Blog, somos contemporáneos y viví la misma época, esa donde todos los viernes había una miniteca en varios edificios de la misma urbanización, época en la que el "arrocear" era permitido... pasaré por aquí. Saludos.

César dijo...

Hey caratula!
me gusto mucho tu blog.
Yo que soy musico y DJ respeto muchisimo a los pioneros de los 80.
Estare pasando por aqui mas a menudo,

Saludos

Anónimo dijo...

Mi pana saludos, cada vez somos mas ochenteros en la red y comunidad bloguera,
El blog esta muy bueno...Y como lo comentas lo que nos queda es recordar, que bueno que siempre nos queda algun cassette o disco de acetato por alli que conservamos como una joya valiosa.

Hasta el proximo contacto...

Unknown dijo...

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http://enciclopediadeprogramas.blogspot.com

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